La libertad es frágil y el bien más preciado de los jóvenes. Para viajar, expresarse, compartir y, sobre todo, ser ellos mismos. Sin embargo, en un suspiro, como en la más terrible pesadilla, se puede perder. La Generación Z, nacida en una sociedad opulenta y cruel, que ofrece y prohíbe al mismo tiempo, vio como en marzo de 2000 segaban su deseo de sentirse libre. Pero no torcieron su voluntad de creer en el futuro. ‘Desde mi encierro’ invita a la reflexión, a ponerse en la piel de otros. Y también nos induce a meditar sobre cuestiones tan presentes hoy en día como la vejez y el juego.

Emma y Carlota, amigas de toda la vida, estudian Primero de Bachillerato y mantienen una sincera amistad. Carlota, hija única y huérfana de padre, con una madre volcada en su trabajo, encuentra en Emma a la hermana que jamás tuvo. Esta, a su vez, convive con dos bebés gemelos, que ocupan el escaso tiempo libre de sus padres, siempre preocupados por sus obligaciones laborales. El día a día se ve alterado por la llegada al instituto de Cristian y Roque. Así, lo que comienza como una historia de amor adolescente, continúa por un camino plagado de peligros, engaños y violencia. Vida y muerte se dan cita en una novela apasionante, que atrapa al lector y muestra que, en ocasiones, nada es lo que parece.

Micaela, capitana de Las Olimpias, y las dos estrellas del equipo -Silvia y Mar-, se ven envueltas en un siniestro suceso. Ello les obligará, más que nunca, a hacerse valer como mujeres de la Generación Z. Al mismo tiempo, Emma y Carlota, con ayuda de su amiga Paula, administran ‘Sin vergüenza’, un chat desde el que asesoran a víctimas de la violencia de género. El fútbol femenino y las relaciones de poder confluyen en una trama de misterio, con un final sorprendente. Una historia que atrapa, tan real como la vida misma.