El año pasado en Marienbad, de Alain Resnais, es una película de fantasmas. También Rebeca, de Alfred Hitchcock, es una película de fantasmas, pero lo que la diferencia de El año pasado en Marienbad es que en Rebeca los fantasmas y los vivos se mezclan, y en El año pasado en Marienbad solo hay fantasmas, no hay un solo personaje que esté vivo. En las películas los fantasmas suelen moverse muy lentamente. A veces, de hecho, se paran y parecen estatuas. El cine es un arte de fantasmas (la mayoría de los actores y actrices que interpretaron a los personajes que más te gustan, seguramente están muertos). Todos los actores y actrices, incluso el director y los técnicos que intervinieron en El año pasado en Marienbad están muertos. Las películas pueden considerarse casas con fantasmas. El año pasado en Marienbad es una Manderley moderna. Anoche soñé que volvía a Manderley. Ante mí se alzaba la verja de la entrada, que me impedía entrar. Entonces, como todos los que sueñan, me sentí dotada de una fuerza sobrenatural y atravesé como un espíritu la barrera que me detenía. Los fantasmas nunca tienen prisa. El año pasado en Marienbad es una película extremadamente lenta, en ella nadie tiene demasiada prisa, los personajes parecen tener todo el tiempo del mundo, el año pasado no parece haberse acabado del todo. El pasado ni siquiera es pasado, decía William Faulkner. El libro que acabo de publicar trata sobre lo anterior, eso quiere decir que posiblemente sea un libro lleno de fantasmas, que posiblemente sea un libro sobre fantasmas.