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Un año después: ACE, una entidad útil, atenta a la nueva realidad tecnológica / Manuel Rico

por ACESCRITORES

A continuación publicamos el artículo que Manuel Rico, nuestro presidente, ha escrito valorando el primer año de gestión de la Junta Directiva que preside. Es, más allá del hecho conmemorativo, un análisis de los nuevos retos de los escritores y de la importancia de su participación en una entidad profesional como ACE en el tiempo presente de renovación tecnológica y cambios acelerados.

Por MANUEL RICO

El pasado 5 de mayo se cumplió un año desde que, tras un proceso traumático, ACE se dotó de una nueva Junta Directiva. El objetivo esencial del colectivo que componía la candidatura que presidí se resumía en el siguiente lema: “Una ACE para el siglo XXI”. Y bajo ese lema se desarrollaba un decálogo que era, en el fondo, una suerte de “manual de instrucciones” o guía de uso para los siguientes cuatro años.

No obstante, y más allá del decálogo, había una rotunda aspiración de fondo: se trataba de acabar con el ostracismo que, en los últimos años, aquejaba a la Asociación, una entidad desaparecida del debate cultural de nuestro país, prácticamente desconocida para la inmensa mayoría de sus escritores y desvinculada de los nuevos impulsos literarios que promovían las nuevas generaciones de autores. A ello se añadía una presencia entre nula y testimonial en la vida literaria y profesional de los escritores y, de manera especialmente grave, en la búsqueda de soluciones a los crecientes problemas que la globalización, con la extensión de las tecnologías de la información, el crecimiento exponencial de las redes sociales y la falta de sensibilidad de las Administraciones ante los problemas cotidianos de los escritores, venía generando.

Sin atender los intereses y necesidades de los escritores no hay ACE que valga.

Heredábamos una ACE con un nivel de endeudamiento insoportable, que había mantenido el mismo volumen de gastos fijos en la última década mientras los efectos de la crisis económica habían reducido notablemente las aportaciones de antaño. Menos ingresos e igual o más gasto corriente, dieron lugar a un déficit, al cierre de 2014, de casi 30.000 euros.

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Manuel Rico, en el homenaje a Machado en Collioure. Febrero 2016

En consecuencia, lo más preocupante para la nueva directiva era el difícil horizonte que se nos presentaba para enjugar la deuda, reducir radicalmente el gasto, sanear la entidad y afrontar el nuevo tiempo sin pesadillas económicas y con todas las capacidades de la Asociación puestas al servicio de sus asociados y, en general, de los escritores y traductores de nuestro país.

A ese respecto, la Junta Directiva ha actuado con rigor, tenacidad y teniendo muy claro el objetivo. Eso se concretó en la realización de una auditoría interna por un lado y de un drástico programa de reducción de gasto. No sólo se prescindió de prácticamente todo el personal pre existente, sino que se decidió el traslado a una nueva sede en el mes de noviembre, lo que supuso una perspectiva de reducción del gasto en arrendamiento de un 50 %, algo que se ha convertido, a partir del 1 de julio de 2016, en “gasto cero” tras el traslado a la Casa del Lector en virtud del convenio suscrito con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez. Esto, junto con la reserva de partidas para atender las posibles contingencias heredadas con la Agencia Tributaria, y la aplicación de una política de austeridad en todos los campos, permitirá a ACE, a partir de 2017, destinar buena parte de sus recursos a la finalidad que establecen sus Estatutos

Sin jóvenes escritores no hay futuro para la Asociación. Por eso no podemos sino felicitarnos por el hecho de que desde mayo de 2015 hasta hoy cerca de 200 escritores se han incorporado como asociados a ACE

UNA ACE PARA EL SIGLO XXI

Con ese título, suscribimos un manifiesto o decálogo en el que resumíamos los desafíos a afrontar. Estaba el desafío de la transparencia y del rigor presupuestario, el de la incorporación, con todas las consecuencias, de las nuevas tecnologías a todos los ámbitos de la Asociación, dando especial relieve a la digitalización de sus archivos y a su racionalización, el de la modernización y relanzamiento de la página web, haciendo de ella algo muy cercano a un periódico digital y un medio de comunicación permanente entre los asociados y la Junta Directiva como puente para la recuperación, en un formato actualizado y basado en lo digital, de República de las Letras. La nueva imagen corporativa y el trabajo en las redes sociales, especialmente en Facebook, donde nuestra página cuenta con más de 5.500 seguidores, con 2.000 aproximadamente radicados en Latinoamérica, han dado un nueva dimensión a ACE: por vez primera en mucho tiempo asistimos a la incorporación, regular, de nuevos asociados, sobre todo pertenecientes a las nuevas «hornadas». Sin jóvenes escritores no hay futuro para la Asociación. Por eso no podemos sino felicitarnos por el hecho de que desde mayo de 2015 hasta hoy cerca de 200 escritores se han incorporado como asociados a ACE. Casi un nuevo socio cada dos días es una buena velocidad de crucero. Hay que aumentarla, sin duda.

Tenemos muchos desafíos pendientes para el futuro, pero el esencial no puede ser otro que convertir a ACE en la organización profesional de referencia del conjunto de los escritores de España y del ámbito territorial del español.

La apuesta por la transparencia fue otro de nuestros compromisos, atendido parcialmente debido a que existe una estrecha vinculación entre este término y la modernización y adaptación de nuestra web a las nuevas necesidades. En los próximos meses, en paralelo a la distribución del nuevo carnet, abriremos un espacio restringido para socios: allí serán publicadas, en detalle, las cuentas (que están a disposición de cualquier asociado en nuestra sede) y todos aquellos documentos internos de interés para los asociados.

UNA ACE ÚTIL, AL SERVICIO DE LOS INTERESES DE LOS AUTORES

Sin atender los intereses y necesidades de los escritores no hay ACE que valga. Conviene subrayar que no es una plataforma de proyección de determinados escritores o de su Junta Directiva, ni es una «asociación cultural»: es una asociación profesional con todas las consecuencias. En esa dirección trabaja de manera intensa nuestra Asesoría Jurídica, y en esa dirección hemos actuado junto a otras asociaciones colaborando con la Plataforma «En Defensa de la Cultura» o con más de 40 entidades autorales y de gestión de derechos a través de la Plataforma «Seguir Creando», en la que la implicación de ACE ha sido sustancial, sobre todo en la defensa de la compatibilidad entre la percepción de la pensión de jubilación y los derechos de autor, en la exigencia de la anulación de las sanciones y expedientes que están afectando a algunos escritores y creadores de otras disciplinas: ambas reivindicaciones han dado lugar a una dilatada sucesión de encuentros con partidos políticos y otras instituciones, comenzando por la presidencia del Congreso de los Diputados y acabando en la ex-ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez. Es evidente que, con esa «batalla» irrenunciable ACE se ha colocado en el centro del escenario cultural y algo tiene que ver esa circunstancia con nuestro crecimiento en número de socios.

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Perspectiva de las instalaciones de ACE en Casa del Lector / Matadero

Hemos de seguir en esa línea y abordar no sólo la reforma de la Ley General de la Seguridad Social o la legislación fiscal para que en ambas se contemple la compatibilidad entre pensión y derechos de autor, sino demandas como el Estatuto del Artista y del Creador en colaboración con los partidos y los grupos parlamentarios, la aprobación de una Ley de Propiedad Intelectual que defienda a los autores con eficacia y se dote de instrumentos que acaben con la piratería de un modo similar a como se está actuando en países de nuestro entorno como Portugal e Italia, por hacer realidad la sentencia del Tribunal Supremo en favor del pago de derechos por el préstamo bibliotecario, por la recuperación de los derechos por copia privada tras la resolución de la Unión Europea desautorizando la política del gobierno actual o por empezar a definir alternativas reales a la práctica, creciente en el mundo digital, de «contratar» colaboraciones de escritores para todo tipo de publicaciones de ese ámbito, sin que los autores reciban un solo euro en concepto de honorarios. Todo ello junto a la búsqueda de soluciones a nuevos fenómenos como la edición digital de libros (con su derivada de la auto edición), los blogs, además de las ya viejas demandas sobre el control de tirada, el pago de anticipos dignos, la normativa de Seguridad Social en lo que se refiere a los trabajadores autónomos, el control de los contratos de edición por parte de los autores y un largo etcétera de demandas específicas de un sector especialmente maltratado por las administraciones.

DE LAS JORNADAS EN LAS REGIONES A LA SEDE EN LA CASA DEL LECTOR

Aunque un año es un plazo corto para medir el grado de cumplimiento de otros compromisos adquiridos en nuestro decálogo, si debemos constatar que hemos salido del ostracismo y que estamos desempeñando un papel de avanzadilla en el asentamiento de una ACE que sea referencia imprescindible. Hemos dado pasos importantes en la relación con instituciones como el Instituto Cervantes (frente al que ACE ha vivido tradicionalmente de espaldas), al Ayuntamiento y a la Comunidad de Madrid y a entidades de gestión de derechos como VEGAP o SGAE. Con el Cervantes firmaremos un convenio de colaboración en materia cultural una vez se asiente el nuevo gobierno y su dirección y el Ayuntamiento de Madrid ha sido decisivo en la radicación de la ACE en una nueva sede situada en Matadero, uno de los complejos culturales más dinámicos e innovadores de la ciudad. En febrero pasado firmamos un convenio con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez tras un breve proceso de negociación con Antonio Basanta, entonces vicepresidente ejecutivo, y con su director general, Luis González,  gracias al cual nuestra sede social ya está situada en la Casa del Lector, con todos las ventajas que ello conlleva respecto a la posibilidad de uso de aulas y otros espacios para actividades vinculadas a la Asociación.

En el ámbito internacional, hemos dado algunos pasos: hemos estado presentes en la celebración, en el Parlamento Europeo, del Día Internacional de la Propiedad Intelectual; nos hemos reunido con el Pen Club Internacional, en estos momentos empeñado en un proceso de reestructuración y renovación del Pen Club España y estamos a la espera de estabilizar nuestra representación en la Confederación Europea de Escritores.

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Espacio cultural de Matadero, complejo en que se sitúa la nueva sede de ACE

No obstante, en el plano en el que se han producido avances más reseñables es en el de la relación con colectivos de escritores de las distintas Comunidades Autónomas. Con las asociaciones de Extremadura, Aragón, Comunidad Valenciana y Euskadi hemos celebrado sesiones de debate o jornadas bajo el marchamo “Una ACE para el siglo XXI”, financiadas, en el caso de las tres primeras, mediante los recursos que CEDRO otorga, en aplicación de su función social, a proyectos de ACE, y hemos suscrito convenios de colaboración con cada una de las Comunidades Autónomas.

Da cierto vértigo examinar, en perspectiva, los avances que se han producido en este primer año. No obstante, no están, ni mucho menos, consolidados. Tenemos muchos retos pendientes para el futuro, pero el esencial no puede ser otro que convertir a la ACE en la organización profesional de referencia del conjunto de los escritores de España y (lo habremos de analizar sosegadamente) del ámbito territorial del español. Para ello, tenemos que empeñarnos en tres objetivos esenciales: 1) Crecer en número de asociados, lo cual supone, también, aspirar a un crecimiento cualitativo incorporando a la Asociación a autores de referencia en los medios de comunicación, tanto de ámbito cultural como de información general.; 2) Desarrollar programas de actividades que respondan a las necesidades de los escritores y que conciten la atención de las jóvenes generaciones; 3) Incrementar los medios de que disponemos para defender los intereses de los escritores a la hora de afrontar los nuevos retos que nos pone por delante la “era digital”. Esto significa reforzar esta web, abrir un espacio de acceso exclusivo para los asociados en el que se publiquen todos los documentos internos y las cuentas aprobadas por la Asamblea General, y extender nuestra presencia a las redes sociales con mayor impacto, reforzando nuestra actual presencia en Facebook. Un ambicioso programa para el que solicito, a todos, la mayor colaboración posible. Buenas vacaciones y feliz verano.

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