La Revista de Occidente publica en su número de junio un monográfico sobre el acceso ilegal a contenidos digitales, bajo el título Creación frente a piratería, que ha sido coordinado por CEDRO. De esta forma, la histórica publicación contribuye a dar visibilidad a un problema que causa grave perjuicio al conjunto del país.
Los artículos que plantean una reflexión sobre este tema están firmados por Carme Riera, escritora y presidenta de CEDRO; el economista Ramón Tamames; Fernando Carbajo, profesor de Derecho Mercantil de la Universidad de Salamanca; el escritor Lorenzo Silva y la directora general de Penguin Ramdom House, Nuria Cabutí.
El texto de la presidenta de CEDRO, Carme Riera, En defensa del patrimonio creativo, reclama «rapidez en las actuaciones judiciales y administrativas». Pero no solo eso. Para Carme Riera es también prioritario el cierre de páginas y «la complicidad de los ciudadanos». Cree, además, que deberíamos tomar ejemplo de aquellos países que «más y mejor» protegen los derechos de autor, en tanto que son también los que mejor protección dan a sus ciudadanos, «tanto en los aspectos sociales como económicos».
El economista Ramón Tamames, por su parte, firma el segundo de los artículos de este especial sobre piratería: Inventores, autores y artistas en el desarrollo social y económico. En él, esboza un breve recorrido por la historia de la Propiedad Intelectual y detalla el papel destacado de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) en su defensa, para adentrarse después en la legislación y las entidades que velan por los derechos de los creadores en España.
A su juicio, el mercado digital «necesita una organización amplia y bien estructurada», para dar respuesta a una actividad que ha ido ganando en complejidad a media que avanzaban las tecnologías de la información. Un mercado en el que, según Tamames, «se cometen hoy grandes infracciones, en gran medida por la impunidad que surge de los propios grandes números».
Educar en la propiedad intelectual es el texto que ha escrito el profesor de Derecho Mercantil, Fernando Carbajo. Considera que el sector educativo es a la vez consumidor y generador de materiales protegidos por derechos de propiedad intelectual. Por este motivo, opina Carbajo, «tanto los centros como el personal docente e investigador, especialmente en las Universidades han de ser plenamente conscientes de los derechos que les corresponden por sus creaciones intelectuales como también del debido respeto que deben a los derechos de terceros».
Por otra parte, el catedrático de Mercantil cree «no puede ignorarse el valor del conocimiento compartido mediante libre acceso y difusión ni el inestimable papel de Internet», si bien añade que esto no puede servir «para ignorar los aspectos positivos de la propiedad intelectual y aparcarla como un modelo obsoleto, pues durante muchos años ha sido una herramienta clave para incentivar la generación y la difusión de la cultura».
Lorenzo Silva concluye su artículo La traición o el afecto con un deseo: «que los libros y quienes los hacen no lleguen a ser esos parias en quienes parecen empeñados en convertirlos». Porque, según él, «esto nunca fue, nunca será ni única ni principalmente un negocio».
En esta línea escribe también Nuria Cabutí, directora general de Penguin Random House. En su artículo Los nuevos desafíos del sector editorial y los daños de la piratería recuerda que «un libro es algo más que un producto mercantil, pero ese “algo” intangible y difícil de cuantificar no se puede defender sin el amparo de la propiedad intelectual y el beneficio económico que produce». La editora, cuyo artículo cierra el monográfico, reclama «un gran pacto político que reconozca la necesidad de inculcar a los más jóvenes un sentido de la responsabilidad en el comercio digital».