No es de estudiar en este libro lo que se encuentra bien expuesto en las numerosas obras que se han escrito sobre Santa Teresa, sino arrojar nueva luz sobre determinados contenidos de la personalidad religiosa de la carmelita y liberarla de los errores en que ha caído la crítica, tanto la que representa la ortodoxia eclesiástica como la que hace la inteligencia de la psiquiatría moderna. El misticismo de Santa Teresa tiene una expresión apropiada a su particular índole psíquica. A este respecto pretendemos demostrar que lo que hay de nuevo en su metafísica mística es el modo de acceder y de ver el mundo trascendente. Se puede decir que ella le dio a lo sobrenatural un carácter más humano. Lo decisivo fue su individualismo soberano en el que tuvieron origen incontables vivencias religiosas. El fuerte deseo de alcanzar la contemplación de Dios, tras muchos años de penitencia y en lucha constante contra sí misma, pudo actuar en el inconsciente, llegando a representarse imágenes del mundo sobrenatural que ella quería ver, pero que realmente no vio. La verdad es que muchas de sus visiones no sólo están fuera de la lógica racional, sino también de la lógica religiosa, y pueden interpretarse como expresiones de deseos que aparecen en el subconsciente a consecuencia de la pérdida del sentimiento de sí mismo o del sufrimiento de identidad de la conciencia religiosa.